viernes, 10 mayo, 2024
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Vaginosis bacteriana: qué medicamentos realmente ayudan

La vaginosis bacteriana es una infección vaginal común, que ocurre debido a un desequilibrio de bacterias en la vagina. Normalmente, la vagina contiene un delicado equilibrio de diferentes tipos de bacterias, principalmente especies de Lactobacillus, que ayudan a mantener un ambiente saludable. En los casos de vaginosis bacteriana, se altera el equilibrio y se produce un crecimiento excesivo de bacterias dañinas.

¿Cuáles son los síntomas de la vaginosis bacteriana?

La causa exacta de la vaginosis bacteriana no se comprende completamente, pero ciertos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar la afección. Estos incluyen múltiples parejas sexuales, duchas vaginales, uso de dispositivos intrauterinos (DIU) y reducción de la bacteria Lactobacillus en la flora vaginal.

Los síntomas de la vaginosis bacteriana pueden variar. Algunas mujeres con vaginosis bacteriana pueden no experimentar ningún síntoma. Las quejas y signos típicos de infección vaginal son:

  • Flujo vaginal: La secreción suele ser fina, acuosa y de color blanco grisáceo. Puede haber un olor a pescado que se vuelve más notorio después del coito.
  • Olor vaginal: Un olor desagradable a "pescado", especialmente después del coito, es un síntoma característico de la vaginosis bacteriana.
  • Picazón o irritación vaginal: Algunas personas pueden experimentar picazón leve o irritación en el área vaginal.

¿Cuáles son las causas de la vaginosis bacteriana?

Las causas exactas de la vaginosis bacteriana no se comprenden completamente, pero se cree que se debe a un desequilibrio en las bacterias que se encuentran naturalmente en la vagina. Normalmente, la vagina contiene una mezcla diversa de bacterias, principalmente especies de Lactobacillus. Ayudan a mantener un ambiente vaginal saludable al producir ácido láctico y mantener el nivel de pH ácido.

Varios factores pueden contribuir al desarrollo de la vaginosis bacteriana, entre ellos:

Cambio en el pH vaginal: cualquier factor que altere el equilibrio natural del pH de la vagina puede aumentar el riesgo. El pH promedio se vuelve menos ácido, lo que permite que prosperen las bacterias dañinas. Actividades como las duchas vaginales, que alteran el pH vaginal, pueden aumentar la probabilidad de que las bacterias se adhieran localmente.

Alteración de la flora vaginal: la presencia de ciertas bacterias, como Gardnerella vaginalis, se asocia comúnmente con la vaginosis bacteriana. La interrupción del equilibrio normal de las bacterias, incluida la reducción de especies beneficiosas de Lactobacillus, puede permitir que estas bacterias dañinas se multipliquen y causen infecciones.

Actividad sexual: aunque la vaginosis bacteriana no se clasifica como una infección de transmisión sexual (ITS), es más común en mujeres sexualmente activas, especialmente con múltiples parejas. Se cree que ciertas prácticas sexuales pueden contribuir a la transmisión o destrucción de bacterias en el ambiente vaginal.

Antibióticos: el uso de antibióticos, especialmente los antibióticos de amplio espectro, puede alterar el equilibrio natural de las bacterias vaginales. Esto puede provocar un crecimiento excesivo de bacterias dañinas y un mayor riesgo de desarrollar vaginosis bacteriana.

Cambios hormonales: Las fluctuaciones en los niveles hormonales, como las que ocurren durante la menstruación, el embarazo o la menopausia, pueden afectar el ambiente vaginal y aumentar el riesgo de infecciones.

Es importante tener en cuenta que, si bien estos factores pueden contribuir al desarrollo de la vaginosis bacteriana, aún se están estudiando los mecanismos e interacciones exactos. La situación de cada individuo puede variar, y algunas mujeres pueden desarrollar la condición sin ningún factor de riesgo aparente.

¿Cuáles son las principales bacterias que causan la vaginosis bacteriana?

investigaciones de laboratorio

Las principales bacterias asociadas con la vaginosis bacteriana incluyen:

Gardnerella vaginalis: esta bacteria a menudo se encuentra en grandes cantidades en mujeres con la enfermedad. Se cree que juega un papel importante en el desarrollo y la progresión de la infección. Gardnerella vaginalis puede producir enzimas que descomponen ciertos compuestos en la vagina, lo que da como resultado el olor característico.

Atopobium vaginae: Esta bacteria también es común en estos casos. Se cree que contribuye a la patogenia de la infección. Se asocia con un aumento del pH vaginal y la producción de ciertas sustancias nocivas.

Prevotella spp.: Varias especies del género Prevotella, como Prevotella bivia y Prevotella disiens, han sido implicadas en la vaginosis. Estas bacterias son anaeróbicas, lo que significa que prosperan en un ambiente con poco o nada de oxígeno. Prevotella spp. puede producir enzimas que descomponen sustancias en la vagina. Esto conduce a los síntomas característicos.

Es importante señalar que la infección suele estar provocada por un desequilibrio de la microbiota vaginal, no por la presencia de una única bacteria patógena.

Medicamentos para la vaginosis bacteriana: ¿de qué depende el éxito del tratamiento?

tratamiento con medicamentos

La vaginosis bacteriana generalmente se trata con antibióticos para restablecer el equilibrio de bacterias en la vagina. El régimen antibiótico específico y la duración del tratamiento pueden variar según la gravedad de la infección y la recomendación del proveedor de atención médica. Los medicamentos comúnmente recetados incluyen:

metronidazol: Este antibiótico está disponible en forma oral o como gel o crema vaginal. A menudo se prescribe como tratamiento de primera línea. Cuando se toma por vía oral, generalmente se administra como una dosis única o en un ciclo de siete días. El gel o crema vaginal se usa por vía intravaginal durante un ciclo de cinco días.

clindamicina: La clindamicina es otra opción antibiótica. Está disponible como una crema que se administra por vía intravaginal durante un ciclo de siete días.

Es importante terminar el ciclo completo de antibióticos, incluso si los síntomas mejoran o desaparecen antes de que finalice el tratamiento. Esto ayuda a garantizar que la infección se erradique por completo y reduce el riesgo de recurrencia.

Remedios caseros para ayudar a que el tratamiento sea más exitoso

Evite enrojecerse: las duchas vaginales pueden alterar el equilibrio natural de las bacterias en la vagina y empeorar los síntomas de la vaginosis bacteriana. En general, se recomienda evitar rociar por completo.

Abstenerse de la actividad sexual o usar métodos de barrera: En algunos casos, los proveedores de atención médica pueden recomendar abstenerse de la actividad sexual o usar métodos de barrera (como condones) durante el tratamiento para prevenir la reinfección.

Probióticos: Se pueden recomendar probióticos, especialmente aquellos que contienen cepas de Lactobacillus, para restablecer el equilibrio natural de bacterias en la vagina. Se pueden tomar por vía oral o usarse como supositorios o cremas vaginales.

Vaginosis bacteriana recurrente: ¿hay inmunidad débil?

La vaginosis bacteriana recurrente puede estar relacionada con una variedad de factores, incluida la función del sistema inmunitario. Si bien la relación exacta entre esta afección y la función inmunitaria no se comprende por completo, se cree que una respuesta inmunitaria comprometida puede contribuir a la recurrencia de la infección.

El sistema inmunitario juega un papel fundamental en el mantenimiento de un ambiente vaginal saludable al controlar el crecimiento de bacterias dañinas. Si el sistema inmunitario está debilitado o no funciona de manera óptima, puede tener dificultades para controlar de manera efectiva el crecimiento excesivo de bacterias, lo que lleva a episodios repetidos de vaginosis bacteriana.

Que debilita la inmunidad

Varios factores pueden debilitar potencialmente la función inmunológica y aumentar el riesgo de infecciones recurrentes:

Trastornos del sistema inmunológico: Ciertos trastornos o condiciones del sistema inmunitario, como el VIH/SIDA, las enfermedades autoinmunes o las enfermedades crónicas que afectan la respuesta inmunitaria, pueden aumentar la susceptibilidad a las infecciones, incluida la vaginosis bacteriana recurrente.

Estrés: El estrés prolongado o crónico puede debilitar el sistema inmunológico, lo que hace que las personas sean más susceptibles a las infecciones, incluida la vaginosis bacteriana. El estrés puede afectar la capacidad del cuerpo para mantener un equilibrio saludable de bacterias en el entorno vaginal.

Cambios hormonales: Las fluctuaciones en los niveles hormonales, como las que ocurren durante el ciclo menstrual o la menopausia, pueden afectar el entorno vaginal y la respuesta inmunitaria. Estos cambios hormonales pueden contribuir a la recurrencia de la infección en mujeres susceptibles.

Uso de antibióticos: Los antibióticos se utilizan a menudo como terapia. Su uso repetido o prolongado puede alterar el equilibrio natural de las bacterias, incluidas las beneficiosas que ayudan a mantener la salud vaginal. Esto puede potencialmente debilitar la respuesta inmune y aumentar la probabilidad de recaída.

Es importante tener en cuenta que la función inmunológica es solo uno de varios factores que pueden contribuir a la vaginosis bacteriana recurrente. Otros factores, como las prácticas sexuales, los hábitos de higiene y la acidez vaginal (pH), también juegan un papel importante. Para infecciones recurrentes, vale la pena hacer más pruebas y observar más a fondo la salud general.

Autor Diana Petrova

Fotos: Freepik

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